Benjamín
Gómez.- Este
21 de octubre se concretó la firmeza de un pueblo, pero no menciono un espacio
geográfico, aunque también está contemplado, me refiero a la determinación de miles de personas, personas provenientes – muchas de ellas
– de diferentes regiones, con diferentes culturas, personas nativas con ancestros originarios del sitio, personas con diferentes credos
religiosos, personas con diferentes
identificaciones políticas, personas
con diferentes niveles socio-económicos, personas
con diferencias en edad, sexo, incluso algunos flacos y “algotros” gordos. Pero
también muchos con transitorias medidas atléticas.
La diferencia que se quieran
imaginar está presente en las casi 40.000
personas unidas alrededor de un solo elemento: AGUA.
Autoridades, activistas, de a pie y
en auto, dirigentes y dirigidos; políticos, sociales, culturales, agripados
y desagrupados.
Toda esta gente enmarcada en un espacio territorial logró levantar su voz y
le está gritando a toda la “INSTITUCIONALIDAD”: Les ORDENAMOS respetar nuestro carácter de CONSTITUYENTE PRIMARIO.
El pueblo es soberano- se lee en
alguna parte- pues bien, ha llegado el momento en el que se confirme. Tiene
derecho un pueblo a decidir sobre su vida o está sujeto ese mismo pueblo a que
se le impongan “intereses nacionales”
sabiendo que tales intereses nacionales no son los verdaderos intereses nacionales, por cuanto otros humanos en otros espacios geográficos de
la misma nación están pensando y actuando exactamente igual; defender el agua.
Ahora, no son las cortes, sino las personas que integran las cortes
quienes se arriesgan a violar la voluntad popular, personas con cargos públicos con sueldos pagados por el pueblo que
se está expresando, estas personas
que integran las cortes decidirán, si quebrantan el interés nacional.
Fusagasugá (Cundinamarca) retoma el
ejemplo de otros espacios como el de su vecino Arbeláez, el de los casipaisanos
de Cajamarca en el Tolima, y otros tantos que a nivel nacional se han
pronunciado en defensa del medio ambiente y de la vida.
Primer municipio con más de cien mil
habitantes que se pronuncia, de seguro, estos miles pasan a ser millones que
están esperando para saber cuál es el camino a seguir.
¿Será escuchada su voz?
¿Cuáles serán las siguientes
acciones?
Se deben sumar los miles a quienes
no han permitido expresarse -porque “ya
saben o intuyen” lo que van a decir- Toda una nación se pregunta en este
instante: ¿Vale mi voz, vale mi voto?
Los
Humanos queremos vida.
El
AGUA es Vida, es Paz.