Son muchos los
cuestionados candidatos que se alistan a dar la pelea en las urnas en los
comicios electorales del mes de octubre.
Los que parecieran rumores y chismes
de contradictores políticos, resultan ser el reflejo de una mafia escondida
tras el codiciado aval, en la obtención de un aval existen sombras de poder con
capacidad de destronar presidentes de partidos políticos hasta revivir procesos
penales e investigaciones del pasado.
Si se tuviese sentido común, las investigaciones que se le siguen a sonoros candidatos vinculados con delitos de parapolítica he incluso contra la administración pública serían motivo suficiente para negar un aval, sin embargo en nuestra realidad política Colombiana se actúa bajo la premisa de, mientras no sea condenado, puede ser viable la candidatura.