En
la modalidad de “batida” varios uniformados del ejército recorren las calles,
detienen a los jóvenes preferiblemente de apariencia popular, si estos jóvenes no tienen libreta militar
son conducidos - como si hubieran cometido un delito- por dos o tres de estos
uniformados, llevados a un camión -sin distintivo militar y conducido por una
persona vestida de civil-, luego trasladados al Distrito Militar donde
rápidamente se les practican los exámenes de rigor.
Lo
que se cuestiona no es la prestación del servicio militar. Se cuestiona la
forma de RECLUTAR, intimidando y generando la sensación de “ataque a la
delincuencia”.