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Que Dios lo bendiga!

Hace unos días al detenerme en mi carro en el semáforo enfrente al Almacén Éxito en Fusagasugá, se me acercó uno de esos muchachos que pretende ganarse la vida vendiendo bolsas para la basura y ante mi negativa a su oferta, me dijo con un deje acentuado de ironía: Que Dios lo bendiga…

No puedo asegurar que esa bendición fue sincera o si por el contrario, lo que me parece muy posible, es que ellos hayan adoptado ese estribillo como para mostrar su desazón y de alguna forma “tocar” nuestra conciencia, debido a que ellos consideran que todos sus sacrificios al tener que aguantar el sol, la lluvia y las demás vicisitudes que conlleva un trabajo inocuo y difícil y por si fuera poco, mal remunerado, sea nuestra culpa.

Ahora que mi vida está mucho más dedicada a conocer a DIOS y a estudiar y practicar Su Palabra, decidí investigar un poco acerca del significado de ese maravilloso estribillo: QUE DIOS LO BENDIGA! 

Hasta hoy yo había entendido que bendecir a alguien sólo era desear que Dios lo protegiera.

Cuando una persona le da a otra, la bendición de Dios, es un gesto de amor de la persona que bendice, al bendecido. Cuando deseas y das la bendición de Dios, le estás pidiendo a Dios que lo cuide y que, aunque ande por “mal camino”, Dios lo acompañe.

Buscando un poco por Internet encontré que “la bendición invoca el apoyo activo de Dios para el bienestar de la persona, habla del agradecimiento, confiere prosperidad y felicidad en la persona que recibe buenos deseos de nuestra parte”. Esta es la visión más generalizada sobre la expresión “Dios te bendiga”.

Sin embargo, con la “bendición” del muchacho del semáforo, me di cuenta de la cantidad de veces que usamos frases vacías y solemos decir cosas sin tener muy claro el sentido. También pude ver lo limitado que estoy ante la diversidad de los significados activos. Que Dios te proteja, es una bendición pasiva. Significa que a pesar de ti y de tus actos, que aunque andes por malos caminos, Dios te cuide.

Pues resulta que hay una visión mucha más activa y es con la que en conciencia me quiero quedar! La Palabra “Bendición” tiene 2 aspectos, la que encontramos en el Antiguo Testamento (BERAKAH en hebreo) y la que encontramos en el Nuevo Testamento (EULOGEO en griego);

1) BERAKAH se traduce como: “Transferir el poder o favor de Dios”

2) EULOGEO: (elogiar) se traduce como: “Hablar bien de alguien”

En la interpretación del Nuevo Testamento, BENDECIR tiene que ver con BIEN DECIR, así como “Maldecir” viene de “mal decir” o “hablar mal de alguien”, no sólo desearle mal.

¿Interesante no? 

Esto significa que si la “bendición” del muchacho fue sincera, lo que me dijo con su estribillo fue: Obra y actúa de tal manera que Dios esté orgulloso de ti y “hable bien de ti”. Lo que quiere decir que El Señor me recuerda que en todos mis actos debo tener presente Su Palabra, para poder estar seguro de Su Aprobación y Beneplácito en cualquier momento que me llame.

No sé qué les dice a Ustedes esto que descubrí y que ahora comparto. A mí me ha marcado profundamente y me hace más consciente y responsable.

Ahora, cuando le doy la Bendición a mis amigos y seres queridos, no sólo quiero que el Señor los proteja, también es una invitación a que se comporten y se la ganen, siguiendo los preceptos de DIOS.

Bendecir es “decir bien”.

Cuando en los salmos leemos: “Bendecid al Señor” es “bien decir” de Sus atributos, virtudes y proezas. Es como por ejemplo decir: Tú, eres Excelso, Todopoderoso, nadie puede hacer las grandiosas obras que Tú haces, oh Señor!”

Cuando bendecimos a un hermano u otra persona, no es solamente decir: “Yo te bendigo” o “Que Dios te bendiga”! También quiere decir hablar bien de él (en público y en privado)… por ejemplo, cuando reconoces las virtudes de tus amigos, les estás bendiciendo. Estás hablando bien (bendiciendo). Y cada vez que te refieres a ellos en su ausencia, con sobrenombres, o expresas sus defectos, no les estás bendiciendo, sino maldiciendo.

Y siendo más extremo, el Señor nos insta a que bendigamos incluso a nuestros enemigos. Hablemos bien de ellos como una forma de superarnos a nosotros mismos.

Bueno, a todos los lectores: Que Dios los bendiga, es decir, que Dios Diga Bien de Ustedes. Que Él, al mirarlos, esté orgulloso de su actuar. Que sus otros hijos, tus hermanos, hablen bien de ti. Que tus colaboradores, compañeros, amigos, hablen bien de Ustedes.

No esperen pasivamente que Dios los proteja. También gánenselo!

Ahora no es sólo una tradición ni una frase vacía, Dios te bendiga tiene un nuevo significado para mí y espero que también ahora para Ustedes.

Eduardo Manby M. 
Noviembre 2012

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