Por: Claudio Antonio Cruz Chuquen. - La cuarentena, el cambio y empalme de administración municipal, y las dificultades en la comunicación, no serían excusa para no entregar dos mil libros impresos, pendientes desde la pasada administración. La culpa le corresponde a la anterior Secretaria de Cultura, a la actual, y a una editorial que lleva el nombre de Papel y Plástico.
Sin embargo quienes asistimos en 2019 y durante diez meses a los Talleres de creación literaria en la sede de la biblioteca Municipal Manuel Maria Aya Diaz, nos asiste el sentimiento de haber perdido el tiempo, y la sensación de duda y malas sospechas por la demora en la entrega de los libros de marras, si bien algo asì desmotiva a seguir asistiendo a los talleres, y se convierte en un factor desmotivante para nuevos aspirantes a tomarlos. Las noticias desalentadoras por las demoras se convierten en rumores, por desdicha, con pèsimos antecedentes si bien durante una administración anterior, hace alrededor de unos diez años y cuando no existía la Secretaria de Cultura sino la Jefatura Asesora de Cultura, fuè de conocimiento público que se editaron mil libros de unas cien pàginas por el precio de 20 millones de pesos, cuando en realidad costaron dos millones.
Desde noviembre de 2019 tenemos conocimiento sobre demoras mínimas en la entrega a edición del material escogido en los Talleres de creación literaria, del incumplimiento por parte de la mencionada editorial, de demandas, tutelas y hasta negativa de recibir los libros por parte de la actual Secretaria de Cultura.
Al parecer ahora nos va a tocar interponer un derecho de petición, solicitar mediante trámite formal y burocrático una entrevista con el señor Alcalde para no sabemos cuando, y en el evento de presentarse una respuesta dilatoria, entonces proceder a una acción de tutela, desde luego lo afirmado aquí podría ser tomado como una advertencia, pero no se trata de eso, sino de exponer hasta donde unos procedimientos burocráticos entorpecen la entrega de algo tan elemental como unas cajas de libros, unos libros editados con dineros de la nación, es decir, con nuestros propios impuestos.
Estos trámites se obviarían si contamos con la decidida buena voluntad de la actual administración. Por ello aspiramos a que “con la fuerza de la gente” al frente del nuevo Secretario de Cultura se facilite y agilice la entrega de los mencionados libros para recobrar así, un poco la confianza en las instituciones del estado, si bien de las únicas personas que no tenemos queja es de los docentes contratados para los talleres, quienes además de ser magnificas personas nos han compartido su calidad humana y sus saberes.