Esto se puede decir, sin remordimientos y sin llegar al punto de alabanza por el hecho de no contar con esa persona de cuerpo presente. Simplemente se recuerda y se deja el testimonio sobre la persona de EDGAR HUERTAS DAVEY.
Médico reconocido en distintos municipios por su entrega al paciente, sus expresiones de solidaridad y su afán de lograr el bienestar de las personas.
Defensor de los trabajadores de SaludCoop, activista sosegado de la mejor salud y del mejor vivir.
POLÌTICO Liberal, decimos POLÌTICO en mayúscula porque no acudió a la corrupción para impulsar su nombre y sus ideas. POLÌTICO en mayúscula porque siempre respetó la diferencia, sin ofensas, al contrario, dentro de la máxima cordialidad siempre tendió puentes de diálogo y encuentro.
No por compromiso, la ciudadanía ha sentido la partida del médico liberal Edgar Huertas. El Covid le atacó y se lo llevó.
El minúsculo enemigo de la humanidad no respetó a una buena persona, alguien que se cuidaba y recomendaba cuidado. Ese minúsculo enemigo, ese virus hoy nos llama a prestarle atención.
El fallecimiento del concejal Huertas debe ser un motivo más para atender la situación con la seriedad que merece.
Hagamos lo posible por no permitir que más gente caiga, por descuido gubernamental, por descuido social o por descuido personal, debemos unir voluntades y esfuerzos.
Recordemos al Médico Liberal con acciones que honren su nombre, practiquemos la tolerancia y el respeto, luchemos por la salud y hagamos lo posible por llevar adelante los ideales de cada quien.
Al igual que, al concejal Huertas, ojalá, nuestras compañeras y nuestros compañeros de causa, así como quienes nos contradicen, honren con agrado nuestro nombre.